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Decálogo

·         Para transformar tu mente, para entender la vida y profundizar en ella y para adoptar una manera diferente de vivir, no necesitas convertirte en discípulo, ni tener un tutor, ni seguir a un líder, ni buscar un gurú, ni encontrar a un salvador. Tú eres todas esas cosas: discípulo y maestro, tutor y menor de edad, seguidor y líder, adepto y gurú, condenado y salvador.

·         No ves las cosas como son, sino como eres.

·         No es saludable que te adaptes a una sociedad enferma. Tienes que colaborar para que se dé el cambio fundamental que se necesita; pero para hacerlo, hay que liberarse de sus garras.

·         Como la taza que sólo es útil cuando está vacía, así tu mente: sólo es creativa cuando se despoja de sus creencias, de sus dogmas y de las citas bibliográficas que te has memorizado.

·         No naces con la mente programada. Ser católico o protestante, italiano o mexicano, de izquierda o de derecha, malinchista o nacionalista, son conceptos que la cultura en la que te has desenvuelto te ha ido inculcando. La naturaleza profunda de tu ser está mucho más allá de esas etiquetas.

·         Ningún libro es sagrado. Sus volúmenes sólo contienen palabras escritas en papel. La sacralidad se la adjudicas tú con tus creencias.

·         Cualquier acción que realices, por pequeña que sea, es más valiosa que la mejor de tus intenciones.

·         La libertad que obtengas tiene mucho que ver con el reconocimiento de tus limitaciones.

·         No sacrifiques el hoy por la esperanza del mañana. La felicidad está en elahora.

·         Necesitas más energía para destruirte a ti mismo que para construir un poco de felicidad.

Krishnamurti